PALABRAS
Estío
surcado
de parajes
y sueños.
Pueblas
un gesto
inútil
una súplica
llena de ecos.
Ya no quedan palabras
para decirte que te quiero.
Pienso.
La mirada en recelo.
El crepúsculo muriendo.
La tarde. El viento.
Y la dulzura apenas
colgada en tus senos.
Lejana.
Como la luz. Huyendo. Huyendo.
Todo en ti lo desconozco.
Eres mucho más que un beso.
Me parecen tus ojos un túnel infinito.
Ha caído
en tu boca una lágrima del cielo.
Nada de ti no tengo nada.
El deseo
forcejea las correas del silencio.
Ya no quedan palabras
para decirte que te quiero.
HELIOS
largos
Tus cabellos
Negros
El olvido calla y miente
Me cerca
Tu nombre
El atardecer
Y el viento
El viento
El viento
Esparzo ebrio mis palabras
Un verano más un estío llega
Un triste ocaso cruza otros esperan
Sin ti en esta vacación que vuela
la noche acoge tu ausencia
la piel se ciñe
Partir
Evita
La ciudad perdida
Si quisieras estos labios
La noche triza astros en dicha
Alguien
Tañe en tu cuerpo una melodía
Alguien
Que va huyendo con la luz del día
Es una figura
Que en los Helios danza
La noche triza astros en dicha.
ENVÍO
Cautiva en el mar.
El azul inmenso.
La brisa del atardecer.
La luna, como un espejo.
Tu piel
de fruta partida
ardía entre mis dedos.
Mirabas
como mira el sol en los puertos.
Entregaba. Entrego.
Di tantas y tan pocas cosas.
Tu risa distraída como un río suelto.
Y tus labios
entreabiertos al amor y al deseo.
Puede que seas de otro.
Yo sólo te espero.
Tu vientre de ola, pequeña,
nació entre jardines
y creció para ser amado
por un corazón resuelto.
Ahora te acoges al mar.
Te ves más hermosa
cuando te peina el viento.
Los detalles quedaron,
saltan astillados de fuego.
De estas palabras
es dueño tu cuerpo.
I
la pupila
busca
y a veces
teme.
apenas
una sonrisa
súbita,
de repente.
Quedos
nuestros labios.
Nos une un mutismo
absorbente.
Frías
espinas
suben
por mi sangre.
De pronto
te fugas.
Vuelves.
No
me atrevo
a que me oigas
y por temor
he empezado
a perderte.
II
A veces
creces
en palabras
de amor
y de pronto
te vas
al olvido
de bruces.
Algo
se arranca
de mi pecho
y sufre.
Cruje
como
una puerta
vieja
mi corazón triste.
Con ojos
de espanto
algo
de nosotros
huye.
Solo resta
la angustia
de la callada noche.
III
El crepúsculo
agotó
la tarde
y una
nueva
multitud
se abrió
a tus pasos,
y te fuiste
perdiendo
de mis ojos
y las ruedas
del silencio
empezaron a girar.
Tu brazo
sin mi brazo
por la misma calle
que nos vio pasar.
El deudo
de la ausencia
pretende
derrotar los días
y alcanzar la esquina
en que ya no estás.
Me asfixia
el manto del olvido
y un péndulo se mece
lento y fatal.
QUIERO DORMIR
Quiero
dormir contigo.
Quiero
abrigar tu cuerpo
al lado mío
y soñar en una isla
de azul sin fin.
Quiero cuando despiertes
sigas a mi canto
y respires el aire
que sólo yo respiro
y que nada más
nuestros ojos ven.
Quiero
al despertar
sentir que vivo
y juntos de la mano
volver a renacer.
ENCUENTRO
En tus brazos
supe de mis brazos.
Caminé junto a ti
y oí mis pasos.
Tuve sed,
sólo por tus labios.
Aprendí
rasgo a rasgo.
Te sentí
y abrí los párpados.
El fuego halló la arcilla.
Tú diste vida al corazón de barro.
AMO LAS COSAS
Amo
las cosas
sencillas,
el viento,
el sol,
la lluvia,
la hora del café
y de tu risa,
la palabra
escondida
cuando miras,
tus manos
cotidianas,
la noche
que cultivas,
tus labios
y mi nombre,
la tarde
dormida
en tu cintura.